La anemia es un grupo de enfermedades de la sangre en las que disminuye el número de glóbulos rojos y cambia la estructura de las células sanguíneas. La anemia siempre se desarrolla como un síndrome secundario en otras enfermedades de los órganos internos y requiere un examen cuidadoso para averiguar la causa.
La anemia infantil es tratada por un pediatra y, en casos complicados, por un hematólogo.
La anemia es un problema pediátrico muy frecuente. Los datos de la OMS muestran que la anemia afecta a más del 47% de los niños en edad preescolar y a más del 25% de los niños en edad escolar.
Factores
La función principal de los glóbulos rojos es transportar moléculas de oxígeno. El oxígeno llega a los órganos y tejidos gracias a la hemoglobina, una proteína especial que contiene hierro. Los valores normales de hemoglobina en g/l (gramos por litro) dependen de la edad:
- recién nacidos, de 180 a 240
- de 1 a 6 meses, de 115 a 175
- de 6 meses a 5 años: de 110 a 140;
- de 5 a 12 años: 110 a 145;
- de 12 a 15 años, de 115 a 150.
La anemia en los niños se desarrolla por muchas razones y está predispuesta al rápido crecimiento corporal. En los niños, la eritropoyesis (formación de glóbulos rojos) se acelera, y el número de células y el volumen de sangre circulante deben aumentar constantemente para seguir el ritmo de crecimiento. Este proceso suele verse afectado por la inmadurez de la hematopoyesis relacionada con la edad.
Para que la hematopoyesis se desarrolle sin problemas, el organismo del niño debe recibir sin interrupción las siguientes sustancias y asimilarlas en su totalidad:
- hierro;
- proteínas animales y vegetales;
- vitaminas;
- oligoelementos.
La ingesta y asimilación de estas moléculas se ve fácilmente alterada por errores nutricionales, infecciones y diversos tipos de intoxicaciones. En los niños de hasta 6 meses de edad existe una reserva neonatal de hierro. Más tarde, esta reserva se agota, y si se altera la ingesta de alimentos y la absorción de sustancias útiles en el intestino, se crean las condiciones previas para el desarrollo de la anemia.
Si el nivel de hemoglobina desciende durante mucho tiempo, el niño desarrolla hipoxia, es decir, deficiencia de oxígeno, que afecta a todos los órganos y tejidos. A causa de la anemia, los niños pueden sufrir retrasos en su desarrollo físico e intelectual, y tienen más probabilidades que sus compañeros sanos de desarrollar enfermedades crónicas y complicaciones.
Según la causa de aparición, se distinguen los siguientes grupos de anemias:
- por hemorragia – poshemorrágica;
- por alteración de la hematopoyesis – ferropénica, ferropénica saturada, megaloblástica (por carencia de ácido fólico y vitamina B12), aplásica (por enfermedades de la médula ósea);
- por predominio del proceso de destrucción de glóbulos rojos: hemolítica.
Síntomas de la anemia
Los signos de la anemia afectan a muchos órganos y sistemas. Los primeros signos visibles aparecen en la piel, que se vuelve pálida y escamosa. Las uñas y el pelo se vuelven quebradizos, se deshojan y pierden su brillo. Si se examinan los lóbulos de las orejas al trasluz, se aprecia su transparencia (síntoma de Filatov). La lengua puede inflamarse, aparecen aftas en la boca: úlceras superficiales. El sistema nervioso sufre: los bebés se vuelven letárgicos, llorosos, suelen tener mareos, acúfenos. El sueño se vuelve superficial, puede unirse incontinencia urinaria nocturna (enuresis), fatiga rápida. Los niños que padecen anemia grave antes de cumplir un año pueden retrasar el desarrollo de sus compañeros.
Los trastornos del sistema cardiovascular se manifiestan con hipotensión arterial, desmayos, palpitaciones. Pueden aparecer soplos cardíacos sistólicos (en el momento de la contracción).
Causas de la anemia en niños
En cuanto al momento de aparición, las anemias se suceden:
- Intrauterinas. Durante el desarrollo intrauterino, el feto acumula una reserva de hierro, con una media de 300 mg. La acumulación de hierro alcanza su punto máximo en el tercer trimestre. Si el periodo de 28 a 32 semanas es desfavorable (amenaza de aborto, desprendimiento de la placenta, insuficiencia fetoplacentaria), el feto no tiene tiempo de almacenar hierro. La probabilidad de anemia es alta en los bebés prematuros y en los nacidos de embarazos múltiples.
- Intrapartas y neonatal precoz. En el parto, las condiciones previas para la anemia también pueden crearse por el desprendimiento prematuro de la placenta, la rotura del cordón umbilical y traumatismos fetales. Tras el nacimiento, el principal peligro es la enfermedad hemolítica del feto (destrucción de los glóbulos rojos fetales por los anticuerpos de la madre) y las enfermedades de la médula ósea determinadas genéticamente.
- Adquiridas. Otra causa de la anemia es una nutrición deficiente. Esto puede ocurrir si la leche materna es pobre en hierro, si se utilizan preparados inadecuados o leche de vaca. Los bebés prematuros y los que tienen un peso corporal superior al normal necesitan más hierro de lo normal. La anemia se produce con una ingesta insuficiente de vitaminas del grupo B, macroelementos y microelementos, cuando el bebé vive en condiciones sanitarias e higiénicas deficientes.
Los niños con enfermedades de la sangre, hemorragias nasales frecuentes, alergias alimentarias y dermatitis atómica (forma infantil de eczema), trastornos de absorción intestinal corren riesgo. En los bebés, la anemia se desarrolla con cualquier infección más o menos grave (pielonefritis, bronquiectasias), infestación parasitaria, enfermedades del tejido conjuntivo (artritis reumatoide).
Diagnóstico de la anemia
El diagnóstico se realiza tras un análisis de sangre de laboratorio, concretamente el recuento de glóbulos rojos y el recuento de hemoglobina. Se diagnostica anemia si la hemoglobina es inferior a 110 g/l y el recuento de glóbulos rojos es inferior a 3,5 x10¹²/l. Estos indicadores corresponden a un grado leve de anemia.
La anemia de grado medio se establece con los siguientes indicadores: hemoglobina inferior a 90g/l, glóbulos rojos hasta 2,5×10¹²/l, grave con hemoglobina inferior a 70g/l, glóbulos rojos inferiores a 2,5×10¹²/l.
Cuando se detecta una anemia, el niño es consultado por estrechos especialistas: gastroenterólogo, nefrólogo, alergólogo y otros, según proceda.
Tratamiento de la anemia
Los métodos de corrección de la anemia dependen de la edad. En la alimentación natural, es necesario introducir a tiempo alimentos complementarios de verdura, fruta y carne, pasar mucho tiempo al aire libre, incluido el sol. La habitación debe estar bien ventilada, mantenerse limpia, observar las normas sanitarias de puericultura.
Para los niños mayores, basta con organizar la dieta y la rutina diaria para mejorar el hemograma. En la dieta utilizar hígado de ternera, legumbres, marisco, frutas y verduras frescas, hierbas. Si es necesario, posponer las vacunas, utilizar masajes e irradiación ultravioleta.
Los medicamentos los prescribe un médico. Están indicados los preparados de hierro y las vitaminas. La duración mínima del tratamiento farmacológico es de 1 mes.
Prevención
La prevención comienza con una dieta nutritiva para las mujeres embarazadas, tiempo adecuado para pasear y dormir. Los niños del primer año de vida deben añadir forraje a la leche materna después de 6 meses de edad, en los niños mayores es necesario organizar una dieta variada y equilibrada. Es importante que en la estación cálida el bebé tanto como sea posible estaba en el aire, tomar el sol.
El equipo de médicos de la Clínica Infantil Kidoz ayudará a tu bebé a hacer frente a la anemia y a desarrollar medidas preventivas individuales. Póngase en contacto con los profesionales para crear las condiciones ideales para el crecimiento y el desarrollo de su hijo.