Si bien los padres disfrutan a sus hijos acompañándolos, viéndolos crecer y madurar, jugando y dando y recibiendo cariño, también van a pasar momentos de preocupación por su salud y bienestar.
El pediatra cumple funciones mientras el niño está sano, en temas relacionados con su crianza, educación, crecimiento y desarrollo entre otros, como también si se enferma, tanto de enfermedades comunes, como de enfermedades más complicadas que requieren la participación de especialistas: en esta ocasión el pediatra funciona como el médico de cabecera, coordinador y persona de confianza de la familia.
Muchas familias establecen con el pediatra una relación que puede perdurar hasta pasada la adolescencia. Como toda relación, esta se va desarrollando a lo largo del tiempo y depende de factores tanto profesionales como personales y suele ocurrir que muchos adultos siguen manteniendo el contacto con sus ex-pediatras, el cual deja a su vez de ser “ex” cuando sus “ex” pacientes se convierten a su vez en padres.
También el pediatra puede ser consultado y aportar soluciones en problemas de conducta, emocionales y de familia. Puede trabajar en equipo con los maestros y los psicopedagogos en los problemas escolares. Si su hijo tiene un problema especial, puede ocuparse de ayudarle a elegir otro especialista para su atención.
Encontrando el pediatra adecuado para su hijo
No espere a que su hijo se enferme o necesite un control en salud para recién entonces elegir un pediatra. Aunque Ud. se haya recién mudado, haya cambiado de seguro médico o haya tenido recientemente un hijo, es bueno tomar contacto con un pediatra tan pronto como sea posible. Para recomendaciones, comience primero preguntando a otros médicos que los atiendan, por ejemplo su clínico, su obstetra o su ginecólogo. También otros miembros de su familia pueden darle referencias, como así también sus amigos, parientes o compañeros de trabajo.
Luego de tener algunas alternativas, pídales entrevistas para conocerlos. Si es posible, ambos progenitores deben ir a esas entrevistas. Una entrevista personal le permite evaluar directamente los puntos de vista y la personalidad del pediatra.
Invierta tiempo suficiente en estas entrevistas antes de tomar una decisión final.
Son puntos a evaluar: el aspecto general del consultorio, la actitud y la simpatía del personal, la amplitud de los horarios de atención, los aspectos económicos, la rapidez con que se obtienen citas, los servicios adicionales disponibles que significan comodidad (por ej.:vacunación, información).
También puede tener una serie de preguntas para el pediatra acerca de su formación, de su orientación y pensamiento respecto a los problemas de la salud. De si tiene alguna área de interés especial, de cómo uno se puede comunicar con él fuera de los horarios de atención y de la rapidez con la que se pueden concertar las citas; de cómo atiende las emergencias, de cómo trabaja con su equipo, dónde interna a sus pacientes y si hace un seguimiento regular durante dichas internaciones. Si tiene alguna pregunta menor para formularle, ¿a dónde y cuándo lo puede llamar? Si no lo encuentra¿quién se hace cargo de su inquietud y cómo se la hace llegar?
Utilice el teléfono
Su pediatra puede preferir que Ud. efectúe las consultas de rutina a determinados horarios, como por ejemplo, en los horarios de consultorio. No espere a que se haga de noche para consultar a su pediatra sobre algún problema que comenzó durante el día.
Si Ud. no está seguro/a de que el niño debe ser visto, llame al pediatra por teléfono. En caso necesario podrá establecer inmediatamente una cita, o le podrá dar indicaciones y consejos si la visita no es necesaria.
Llamando a su pediatra
Antes de llamar, tome la temperatura de su niño y anótela. Hágale al médico un breve resumen del o de los problemas en curso, ya que el médico probablemente no tendrá a mano la historia de su niño y puede no recordar todos los detalles. Mencione también los medicamentos que está tomando. Tenga a mano también el carnet de vacunación, ya que éstas pueden ser relevantes para evaluar telefónicamente algunas situaciones.
Si es posible, tenga a su niño cerca: especialmente si es grande, podrá aclarar algunos detalles (puede decirle dónde le duele, y Ud. no tendrá que ir a otro cuarto para contestar acerca de una erupción, herida, etc…)
Mientras su hijo crece
Su pediatra puede continuar siendo una persona de referencia importante, no sólo para enfermedades o traumatismos, sino para todo tipo de consejo acerca de la salud física y mental, como por ejemplo: medicina deportiva, nutrición, problemas emocionales y de conducta, problemas de escolaridad. problemas de familia como divorcio, enfermedad de algún familiar, etc…
Y también problemas del adolescente como:
- Cambios de la pubertad, crecimiento y desarrollo, relaciones con los adultos y con otros adolescentes.
- Los cambios del cuerpo durante la pubertad.
- Capacidad de sentirse bien con uno mismo y con los otros.
- Desordenes alimentarios, acné, problemas de violencia, prevención del tabaquismo, alcoholismo y drogadicción.
Vacunaciones
Muchas enfermedades infantiles pueden prevenirse si durante las consultas de control del niño sano se instrumentan las vacunaciones. Los niños necesitan estar vacunados contra la difteria, tétanos, tos convulsa, sarampión, paperas, rubéola, poliomielitis, hepatitis B, hepatitis A, Haemophylus influenza tipo b y varicela.
Su pediatra le indicará en cada consulta qué vacunas necesita. Ud. asegúrese que su niño las reciba, ya que es la única manera de protegerlo contra estas enfermedades.
Lo más importante: el modelo de atención
Teniendo en cuenta lo descripto y reconociendo las necesidades actuales de los pacientes, nos ha sido posible diseñar un sistema de atención ágil y eficiente que permite mantener la tradicional relación personalizada médico-paciente, es de fácil acceso y amplia disponibilidad para el paciente y también satisface su necesidad de contención:
- Pediatras de cabecera del niño y su familia, inscriptos en una relación médico paciente personalizada, inclusive en las emergencias.
- Rápida respuesta a las urgencias de los niños y de sus padres con atención de emergencias fuera de los horarios de consultorio.
- Seguimiento en los sanatorios de los pacientes internados y recién nacidos.
- Amplios horarios de atención, lunes a viernes de 9:00 a 20:00 hs. y sábados de 9:00 a 14:00 hs.
- Historia clínica única, computarizada, basada en un software específico que permite una gestión eficiente de la información.
- Consultorio moderno y agradable, preparado especialmente para el confort de la población infantil y su familia.
- Secretarias y personal capacitados para que niños y adultos se sientan cómodos y contenidos.
- Permanente agilidad en la comunicaciones con el consultorio, con el médico pediatra de cabecera y con los colegas del equipo mediante teléfonos, celulares y buscapersonas.
- Comunicación a los pacientes sobre temas de interés médico mediante la utilización de todos los medios de difusión disponibles: boletines de noticias digitales e impresos, cartas, llamadas, artículos en revistas de interés pediátrico, website, etc.
Percibimos que este sistema de trabajo permite la continuidad a lo largo del tiempo de la relación entre el pediatra y la familia, rescatando sus valores más importantes: contención, consejo, ayuda y afecto.
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