fbpx

Reumatismo en niños

El reumatismo en niños es una enfermedad aguda de naturaleza infecciosa y alérgica, que se manifiesta por lesiones persistentes tanto de las articulaciones como de otras estructuras: corazón, pulmones, hígado, piel, órganos visuales y otros sistemas corporales. La enfermedad es de naturaleza sistémica, tiene tendencia a recaer y puede causar complicaciones potencialmente mortales para el niño. La evaluación de los síntomas, el diagnóstico, el tratamiento y la prevención del reumatismo infantil corren a cargo de reumatólogos con la participación de pediatras, especialistas en enfermedades infecciosas, alergólogos y otros estrechos especialistas.

Los síntomas del reumatismo pediátrico se detectan con mayor frecuencia en niños de 6 a 14 años. La aparición de la enfermedad es aguda, en la mayoría de los casos asociada a una infección estreptocócica reciente o aún activa. La prevalencia de esta patología no supera el 0,3% por cada mil niños, pero el reumatismo sigue siendo uno de los responsables más frecuentes del desarrollo de defectos cardíacos adquiridos.

Clasificación del reumatismo

Teniendo en cuenta la gravedad de las manifestaciones clínicas, los expertos distinguen tres estadios de la enfermedad:

  • la primera se caracteriza por síntomas leves;
  • el segundo va acompañado de manifestaciones moderadas;
  • el tercer curso es vívido, con abundancia de síntomas y un brusco deterioro del bienestar del niño.

En función de la naturaleza y las características de la evolución, se distingue entre fase activa e inactiva del reumatismo. La fase activa se caracteriza por signos clínicos pronunciados, como fiebre alta, intoxicación general, dolores articulares y musculares, trastornos cardíacos, etc. La fase inactiva es el periodo entre las exacerbaciones, que en algunos niños se acompaña de un grado leve de malestar y temperatura subfebril.

Teniendo en cuenta otros parámetros también se distinguen los reumatismos de carácter agudo, subagudo, prolongado, continuo y latente. Sobre la base de la zona más afectada, se hace una distinción:

  • la forma nerviosa de la enfermedad, en la que aparecen signos de trastornos neurológicos y psicoemocionales;
  • forma articular, en la que aumentan los síntomas de las articulaciones del tobillo, la rodilla, las manos, etc;
  • forma cardiaca, cuando el niño presenta signos característicos de patologías cardiovasculares graves: disnea, fatiga que aumenta rápidamente, acúfenos, hipertensión arterial, etc.

Existen otras variantes de clasificación, que clasifican los distintos tipos de reumatismo en grupos, teniendo en cuenta parámetros morfológicos, etiológicos y de otro tipo.

Causas de la enfermedad

Se considera que el principal responsable de la patología es la infección estreptocócica aguda causada por patógenos del grupo A. Tales enfermedades incluyen:

  • dolor de garganta;
  • escarlatina;
  • faringitis;
  • amigdalitis crónica.

Estas condiciones provocan un aumento de la actividad del sistema inmunológico, que comienza a producir anticuerpos especiales para suprimir estreptococos. Los anticuerpos detectan las moléculas del patógeno mediante una proteína especial, pero, dado que en los tejidos conectivos de muchos órganos humanos existe una sustancia similar, se produce un ataque a las propias células del organismo. Como resultado, se desarrolla un proceso inflamatorio autoinmune.

También se considera que la causa del desarrollo de la enfermedad en niños y adolescentes es la predisposición hereditaria, cuando alguno de los padres u otros parientes cercanos ha sido diagnosticado previamente de reumatismo.

Los factores de riesgo, en los que aumenta la probabilidad de patología, son:

  • estrés frecuente;
  • hipotermia sistemática;
  • tratamiento incorrecto o tardío de las infecciones estreptocócicas;
  • deficiencia de algunas vitaminas, macroelementos y microelementos en el organismo del niño;
  • nutrición irracional;
  • presencia de otras enfermedades autoinmunes (lupus eritematoso sistémico, psoriasis, eritema nodoso, etc.).

Las infecciones estreptocócicas son más peligrosas para los niños que padecen alguna patología sistémica, sufren fatiga crónica, falta de sueño, comen poco y experimentan un elevado estrés físico y mental.

Síntomas

El cuadro clínico del reumatismo es diverso, los signos son variables y dependen de la forma, el estadio y la gravedad de la afección en los niños. Como regla general, la manifestación de la enfermedad se produce 1-4 semanas después del final de la infección estreptocócica.

Los síntomas clave del reumatismo infantil pasan a ser:

  • dolor, molestias en las articulaciones;
  • deformidad de las articulaciones;
  • hinchazón, enrojecimiento de la piel en la zona de la articulación afectada;
  • tono muscular débil;
  • subidas de la tensión arterial;
  • acúfenos;
  • disnea, que aumenta durante las comidas, después de la actividad física, al subir escaleras o cuestas, con la excitación;
  • letargo;
  • fatiga rápida;
  • temperatura corporal subfebril con aumento.

La característica principal del reumatismo en los niños es una lesión especial del sistema cardíaco (reumocarditis), que se observa en casi el 100% de los casos. La sintomatología incluye:

  • dolor cardíaco de intensidad variable
  • irregularidades en el ritmo cardíaco, que van de la frecuencia cardíaca rápida a la lenta
  • falta de aliento;
  • tos;
  • agrandamiento del hígado, que provoca pesadez en la zona subcostal derecha.

El reumatismo con reumocarditis provoca hinchazón de las piernas, hinchazón de la cara y palidez de la piel en los niños.

A menudo la enfermedad se complica con poliartritis, en la que se ven afectadas grandes articulaciones. La afección se acompaña de un síndrome de dolor pronunciado, restricción de la movilidad, dolor de inicio, etc.

Un síntoma característico del reumatismo en niños y adolescentes de primaria es el eritema anular. Se trata de una erupción especial en la piel de color rosa pálido en forma de anillos, que se localizan en el pecho y el abdomen.

Diagnóstico

La sospecha de reumatismo requiere un examen exhaustivo del niño, que comienza con una exploración física general. Un pediatra o reumatólogo evalúa la piel, identifica signos de eritema anular y lesiones articulares inflamatorias, ausculta los pulmones y el corazón y realiza una serie de pruebas fisiológicas.

En el futuro, con el fin de elegir el algoritmo de tratamiento óptimo para el reumatismo pediátrico y para separar los signos de la enfermedad de otras enfermedades similares en términos de sintomatología se llevan a cabo:

  • análisis de sangre clínicos, bioquímicos, inmunológicos y serológicos generales;
  • radiografías de tórax;
  • ecografía de articulaciones, hígado, corazón, riñones y otros sistemas;
  • electrocardiografía, fonocardiografía, ecocardiografía;
  • tomografía computerizada o por resonancia magnética.

Consulta obligatoria de especialistas pediátricos: neurólogos, oftalmólogos, cardiólogos, nefrólogos y otros médicos.

Tratamiento del reumatismo en niños

Al igual que otras enfermedades, el reumatismo en un niño sólo debe ser tratado por un especialista médico cualificado. En relación con esta patología, es inadmisible el uso de terapias no convencionales o métodos folclóricos, ya que el riesgo de cambios irreversibles en el cuerpo hasta el resultado letal es extremadamente alta.

El tratamiento debe ser integral y continuo hasta lograr la remisión. Las tácticas específicas se seleccionan en función de la fase del proceso patológico y de los síntomas clínicos.

  1. En la fase aguda, los niños con reumatismo necesitan hospitalización y observación hospitalaria posterior. Se indica reposo motor absoluto, dieta estricta, cumplimiento estricto de las normas de toma de medicamentos. Para reducir la actividad del proceso inflamatorio se utilizan AINE, corticosteroides, fármacos quinolínicos si es necesario. Para suprimir los estreptococos, se prescriben agentes antibacterianos de amplio espectro, óptimamente tras una prueba de sensibilidad de las bacterias al principal principio activo del fármaco.
  2. En la fase inactiva, a los niños con enfermedades reumáticas se les indican cursos de tratamiento de recuperación, preferiblemente en las condiciones de un sanatorio o una clínica especial de rehabilitación. Se prescriben ejercicios gimnásticos, natación, fisioterapia, fangoterapia y otros métodos fisioterapéuticos para mejorar el bienestar y el fortalecimiento general del organismo.

En presencia de otras patologías crónicas o agudas en los niños, el tratamiento del reumatismo se construye teniendo en cuenta todos los síntomas, la posibilidad de combinar fármacos y otras características de salud de los pacientes jóvenes.

Previsión

Los episodios primarios de reumatismo provocan defectos cardíacos en el 20% de los casos. Las lesiones secundarias casi siempre provocan daños importantes en el sistema valvular del corazón, que posteriormente requieren tratamiento quirúrgico. En general, el pronóstico viene determinado por el estadio, la forma y el cuadro clínico de la enfermedad, y depende en gran medida de que el tratamiento sea adecuado y oportuno.

Para reducir los riesgos de desarrollar reumatismo en la infancia, los expertos recomiendan:

  • la profilaxis vacunal de los niños;
  • no tratar las enfermedades infecciosas agudas en casa por cuenta propia o con métodos populares, buscando siempre la ayuda de los médicos;
  • endurecer a los niños, proporcionarles suficiente actividad física de acuerdo con su edad y formación;
  • controlar la alimentación de los niños, respetando una dieta equilibrada;
    sanear regularmente los focos inflamatorios crónicos del organismo.

Los niños con enfermedades articulares y cardiovasculares deben estar bajo supervisión médica constante, someterse a exámenes preventivos periódicos y tomar la medicación necesaria.

Solicitar cita

Lo que dicen las familias que nos visitan