La taquiarritmia infantil es un grupo de trastornos del ritmo cardiaco caracterizados por la aceleración de los latidos del corazón. Normalmente, la frecuencia del ritmo en niños de 11 a 18 años es de 60 a 80 latidos por minuto, a veces hasta 90, y en lactantes hasta 130. Con la taquiarritmia, el pulso aumenta hasta 100-180 o más latidos por minuto, y el corazón late de forma irregular, caótica.
Esta afección se considera extremadamente peligrosa y, en ausencia de tratamiento, puede provocar patologías graves del sistema cardiovascular y otros órganos. El diagnóstico y tratamiento de la taquiarritmia corre a cargo de un cardiólogo y arritmólogos, con la participación de otros especialistas, si es necesario.
La taquiarritmia no es una enfermedad independiente. Se considera un síntoma secundario que se produce en el contexto de patologías cardiacas, endocrinas o de otro tipo. Es mucho menos frecuente en niños que en adultos.
Clasificación de las taquiarritmias
Los especialistas clasifican las taquiarritmias en distintos grupos, teniendo en cuenta la localización, el mecanismo de origen y la gravedad. Se distinguen tres tipos de patología en función de la localización del marcapasos (la región del corazón que genera los impulsos cardíacos).
- La taquiarritmia sinusal se produce en un niño debido a una infra o sobreexcitación del marcapasos natural. Es la variante más frecuente de los trastornos. La frecuencia cardíaca varía entre 120-180 latidos por minuto. No representa un peligro en sí misma, pero puede indicar el desarrollo sistemático de insuficiencia cardíaca. Requiere un diagnóstico cuidadoso.
- Tipo supraventricular (auricular). El marcapasos está situado en las aurículas.
- El tipo ventricular se desarrolla en presencia de un foco de excitación en la musculatura de los ventrículos del corazón. Se acompaña de su aleteo, puede conducir a un paro cardíaco repentino, infarto de miocardio, edema pulmonar.
En función de la duración del ataque, se distinguen dos formas principales de patología.
- Forma paroxística. Ocurre repentinamente, se cura con rapidez por sí sola o con asistencia médica. Acompañada de un complejo sintomático vívido, puede amenazar la vida del niño. Requiere hospitalización inmediata y terapia activa.
- Forma permanente. Los fenómenos de taquiarritmia están presentes todo el tiempo.
Según el grado de gravedad, se distinguen tres formas de patología.
- Leve – la frecuencia cardiaca se acelera hasta 100-120 latidos por minuto, puede haber molestias leves.
- Taquiarritmia moderada – la frecuencia cardiaca del niño aumenta hasta 150-180 latidos por minuto, aparecen náuseas, pueden ser preocupantes los mareos y la debilidad.
- Forma exagerada – el ritmo de las contracciones supera las 180 pulsaciones por minuto, lo que puede provocar una parada cardiaca súbita.
En la práctica, la clasificación se utiliza para determinar la gravedad de la afección, desarrollar el régimen de tratamiento óptimo y las tácticas de atención sintomática.
Síntomas de taquiarritmias en niños
Las manifestaciones clínicas dependen de la forma y la gravedad de la afección. En la versión sinusal, taquiarritmia se manifiesta por los siguientes síntomas:
- molestias en el pecho;
- pulso hasta 120-180 latidos por minuto;
- aumento de la sudoración;
- mareos;
- disnea en un contexto de reposo físico completo;
- letargo.
Los niños se quejan de debilidad repentina, tienden a sentarse o tumbarse, cierran los ojos. No es posible conciliar el sueño con el pulso acelerado. El ataque puede durar de 10-15 minutos a un día. Con un grado leve, el niño puede acostumbrarse a las molestias temporales y no prestar atención al pulso rápido. Los signos de taquiarritmia paroxística más peligrosos son:
- dolor torácico intenso de carácter quemante, opresivo, punzante y cortante;
- taquicardia – hasta 180-300 latidos por minuto;
- sensación de aleteo, congelación del corazón;
- náuseas, a veces con episodios de vómitos;
- palidez de la piel;
- sudor frío;
- deterioro del equilibrio y la coordinación;
- micción involuntaria.
Los niños pueden quejarse de que sienten que el corazón se salta latidos, que late deprisa y al azar. Si el ataque dura mucho tiempo, el niño puede perder el conocimiento. El episodio siempre empieza de repente: el bebé siente una sacudida o un golpe en el pecho, siente una aguda falta de aire, los ojos se oscurecen, aparecen puntos negros. Un signo característico es la coloración azulada del triángulo nasolabial.
Un ataque de taquiarritmia paroxística dura de un par de minutos a varias horas. Cuanto más tiempo persista, más daño sufrirán el corazón y los vasos sanguíneos. La taquiarritmia paroxística requiere hospitalización obligatoria, atención inmediata y diagnóstico objetivo.
Causas de taquiarritmias en niños
Los factores que pueden desencadenar la aparición de un ataque se dividen en internos y externos. Los factores internos incluyen:
- cardiopatías congénitas y adquiridas (malformación congénita, cardiomiopatía, disfunción de las válvulas cardiacas, miocarditis, etc.);
- enfermedades pulmonares graves;
- lesiones tiroideas;
- hipertensión;
- curso grave de enfermedades infecciosas agudas;
- neoplasias cardíacas y pulmonares;
- anemia grave;
- trastornos del equilibrio electrolítico.
Entre los factores externos que pueden provocar una aceleración del ritmo cardiaco se incluyen:
- grandes esfuerzos físicos y psicoemocionales;
- uso de grandes cantidades de té fuerte, café, bebidas energéticas;
- uso irracional de medicamentos;
- intoxicación aguda, incluyendo medicamentos, alcohol.
La taquiarritmia en los niños pequeños puede ser provocada por la alta temperatura corporal en el fondo de las infecciones virales respiratorias agudas, varicela, sarampión y otras enfermedades agudas, una fuerte caída en la presión arterial. A veces se observa pulso rápido e irregular con pérdida grave de sangre.
Diagnóstico de taquiarritmias en niños
El niño necesita una exploración exhaustiva y objetiva. Comienza con la recogida de la anamnesis, la evaluación de los síntomas clínicos y las quejas. El médico realiza la auscultación del corazón y los pulmones, mide la presión arterial, la saturación, la frecuencia cardíaca.
El plan de diagnóstico instrumental incluye:
- electrocardiografía (ECG);
- ecocardiografía (ECHO-CG);
- monitorización ECG Holter diaria;
- ordenador o tomografía por resonancia magnética (según se indique).
Se realiza un conjunto de análisis de laboratorio (OAK, OAM, bioquímica, prueba de enfermedades infecciosas, ferritina, pruebas de hormonas tiroideas e hipofisarias, etc.). Si el niño presenta enfermedades sistémicas del hígado, los riñones, los pulmones y otros sistemas vitales, se designan consultas de especialistas de perfil. En caso de taquiarritmia paroxística, el examen se realiza tras la hospitalización y la atención de urgencia.
Tratamiento de las taquiarritmias en niños
La terapia se determina en función de la gravedad y la forma de la enfermedad y del estado actual del niño. Se prescribe observación ambulatoria o tratamiento hospitalario. La tarea principal es controlar la sintomatología. Para ello se utilizan medicamentos, teniendo en cuenta el origen de la taquiarritmia:
- antibióticos;
- estatinas;
- trombolíticos;
- antihipertensivos;
- antiarrítmicos;
- glucósidos cardíacos;
- sedantes;
- antiespasmódicos.
Si se altera el equilibrio electrolítico, está indicado tomar soluciones para reponer líquidos y minerales; en casos graves, se lleva a cabo una terapia de infusión. Para reponer las reservas de oligoelementos y vitaminas, se prescriben complejos vitamínico-minerales, preparados de hierro, potasio y fósforo. En el futuro, se prescribe un curso de apoyo farmacológico, destinado a prevenir los ataques recurrentes, la normalización de la actividad cardíaca.
La cardioversión eléctrica puede estar indicada en taquiarritmias que no pueden tratarse con medicación. Se trata de un procedimiento en el que se normaliza el ritmo cardiaco mediante una corriente eléctrica. Se hace pasar a través del tórax mediante un desfibrilador y electrodos. En caso de defectos cardíacos, si la terapia conservadora no surte efecto, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.
Prevención de taquiarritmias en niños
Para prevenir los trastornos del ritmo cardiaco en la infancia, los expertos recomiendan seguir las siguientes normas.
- Vigilar la alimentación de los niños, limitando las bebidas gaseosas, los dulces, los alimentos demasiado grasos que contribuyen a la obesidad.
- Enseñar a los niños a llevar un estilo de vida saludable, ejercicio físico, juegos activos al aire libre.
- Controlar el estado de los niños, visitando regularmente al pediatra, sometiéndolos a exámenes.
- Vacunar contra enfermedades peligrosas (sarampión, rubeola, varicela, hepatitis, meningitis, etc.).
- No permitir que los niños consuman bebidas energéticas, informar a los adolescentes sobre los perjuicios del tabaco y los peligros del consumo de alcohol.
- Tratar a tiempo y correctamente las patologías infecciosas agudas, controlar las enfermedades crónicas.
- Dosificar las cargas físicas y emocionales del niño.
- No permitir el sobreesfuerzo de los bebés.
- Vigilar la calidad y cantidad del sueño nocturno de los niños.
Los niños con cardiopatías congénitas deben ser examinados sistemáticamente por cardiólogos y arritmólogos. Conviene recordar que la taquiarritmia puede ser muy peligrosa: puede tener consecuencias imprevisibles en poco tiempo. Si sospecha que el ritmo cardíaco de su hijo es irregular, debe ponerse en contacto con los médicos inmediatamente y, si el estado es crítico, llamar a los servicios de urgencias.