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Rinovirus

El rinovirus suele causar síntomas de resfriado, pero también puede provocar dolores de garganta, infecciones de oído, sinusitis y, en menor medida, neumonía y bronquiolitis (enfermedad inflamatoria aguda de las vías respiratorias inferiores). Por término medio, los niños se “resfrían” entre 8 y 10 veces durante los dos primeros años de vida. La infección por rinovirus es más frecuente en los niños que asisten a grupos infantiles.

Causas del rinovirus

El rinovirus se transmite fácilmente de una persona a otra. Cuando un niño con una infección por rinovirus tiene mocos, la secreción nasal le llega a las manos y de ahí a las mesas, juguetes y otras superficies. Su hijo puede tocar la mano de otro niño enfermo o juguetes infectados, y luego tocarse los ojos o la nariz e infectarse. También puede contraer la enfermedad al respirar aire infectado por el virus, que se transmite al estornudar o toser. Los niños pueden resfriarse en cualquier época del año, pero las infecciones por rinovirus son más frecuentes en invierno.

El rinovirus suele detectarse por los síntomas del niño. En este caso, no es aconsejable realizar pruebas de laboratorio para determinar el agente causal si el niño presenta signos de resfriado.


Síntomas de la infección por rinovirus

Los síntomas del resfriado son bien conocidos. Un resfriado puede comenzar con una secreción transparente y acuosa por la nariz. A continuación, la secreción se espesa y adquiere un color gris parduzco o verdoso. Este color es normal, ya que el cuerpo del niño empieza a luchar contra la enfermedad. También pueden aparecer otros síntomas:

  • Estornudos
  • Fiebre (hasta 38,9°C)
  • Dolores de cabeza
  • Dolor de garganta
  • Tos
  • Dolores musculares
  • Disminución del apetito.

Algunos niños pueden tener pus en las amígdalas, lo que puede ser un signo de infección estreptocócica. El periodo de incubación de la infección por rinovirus suele ser de 2-3 días. Los síntomas suelen persistir entre 10 y 14 días, a veces menos.


Diagnóstico del rinovirus

En primer lugar, para establecer el diagnóstico, se examina al paciente y se escuchan sus quejas. El rinovirus se diagnostica mediante las siguientes medidas:

  • Examen del material de los lavados nasales. Es mejor realizar esta actividad el primer día tras la aparición de los síntomas de la enfermedad. El material obtenido permite identificar el contenido del patógeno;
  • Método serológico. Estos estudios ayudan a determinar la presencia de anticuerpos y antitoxinas en el organismo;
  • Análisis generales de orina y sangre. Este método le permite identificar la presencia de infección en el cuerpo, mientras que la obtención de resultados menos precisos.

Cómo ayudar a un niño con rinovirus

Asegúrese de que su hijo resfriado descansa lo suficiente. Si tiene fiebre, debe beber más líquido. Si la fiebre le causa molestias importantes, consulte a su pediatra sobre medicamentos antifebriles.

No le des a tu hijo ningún medicamento para el resfriado o la tos sin consultar antes a tu médico. Estos medicamentos no matan el virus y, en la mayoría de los casos, no ayudan a controlar los síntomas.


Cuándo llamar al pediatra

Si tu bebé tiene menos de tres meses y presenta síntomas de resfriado, no dejes de acudir al pediatra. Los recién nacidos son especialmente propensos a complicaciones que van de la neumonía a la bronquitis. También debes acudir al médico si tu hijo presenta alguno de los síntomas siguientes:

  • Labios o uñas azulados
  • Respiración ruidosa o dificultosa
  • Tos
  • Fatiga excesiva
  • Dolor de oído (puede indicar una infección de oído)

Prevención de las infecciones por rinovirus

Mantén a tu bebé (sobre todo si tiene menos de tres meses) alejado del contacto estrecho con niños o adultos resfriados.

Asegúrese de que usted o su hijo se lavan las manos a menudo y a conciencia: así reducirá las posibilidades de contraer el virus.


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