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Infección Intestinal en Niños

La infección intestinal aguda es una enfermedad que afecta al tracto gastrointestinal en un paciente niño o adulto. Los agentes causantes de las enfermedades agudas pertenecientes a este grupo pueden ser tanto bacterias como virus. Las funciones del aparato digestivo se ven alteradas, aparecen náuseas, vómitos y diarrea, que pueden provocar un cuadro tan peligroso como la deshidratación.

¿Qué órganos se ven afectados en las infecciones intestinales?

En un niño, las infecciones intestinales pueden afectar a distintos órganos del aparato digestivo:

  1. Estómago: cuando se inflama su mucosa, aparece gastritis. Se acompaña de náuseas, vómitos y sensaciones dolorosas en la zona por encima del ombligo.
  2. Estómago e intestino delgado: se desarrolla una gastroenteritis, caracterizada por heces líquidas y acuosas que contienen restos de alimentos no digeridos. Los pacientes se quejan de dolor alrededor del ombligo.
  3. Estómago, intestino delgado y grueso: se desarrolla una gastroenterocolitis. En este caso, el paciente siente dolor no sólo en el abdomen, sino también durante el vaciado intestinal. Las heces son líquidas, frecuentes, a veces con una mezcla de sangre.
  4. Intestino delgado: cuando se inflama la mucosa de esta parte del tracto gastrointestinal, se desarrolla una enteritis. Esta enfermedad infecciosa no se caracteriza por náuseas, vómitos y dolor abdominal. Las heces son frecuentes y acuosas.
  5. Intestino grueso: cuando esta parte del aparato digestivo se ve afectada, aparece la colitis. La enfermedad se caracteriza por dolor localizado en el bajo vientre. Aparece una diarrea aguda, a veces con mezcla de sangre y mucosidad.
  6. Intestino grueso y delgado – inflamación de la mucosa, en la que hay dolor abdominal intenso, heces líquidas, así como ganas frecuentes de vaciar el intestino.

Causas de la infección

La infección intestinal en un niño puede estar causada por virus y bacterias patógenos u oportunistas. La infección suele estar causada por la ingestión de alimentos sin lavar, rancios, tratados térmicamente y agua sin hervir.

El patógeno viral tiene una ruta aérea. El virus o las bacterias penetran en la cavidad oral, el estómago y luego en el intestino. Allí, el patógeno se afianza y empieza a multiplicarse activamente, lo que acaba provocando la intoxicación del organismo del niño.

Clasificación

En medicina, las infecciones intestinales agudas se dividen según el tipo de patógeno que las haya causado. Así, existen dos grandes grupos de enfermedades: bacterianas y víricas. A su vez, cada grupo tiene subgrupos:

  • Virales: incluyen la infección por rotavirus, adenovirus (gripe intestinal) e infección por enterovirus.
  • Bacteriana: incluye la disentería (shigelosis) y el botulismo derivado del consumo de alimentos enlatados en casa.

Síntomas de infección intestinal

La infección intestinal aguda se caracteriza por una serie de signos, que los médicos dividen en generales y locales. Los síntomas generales de la enfermedad incluyen:

  • vómitos;
  • diarrea;
  • dolor abdominal;
  • lesiones de la mucosa del estómago, intestinos.

Los síntomas locales:

  • dolor, mareo;
  • aumento de la temperatura corporal;
  • malestar, debilidad, somnolencia;
  • aparecen signos de deshidratación – sequedad de las mucosas de la boca, saliva viscosa, la piel tiene un tinte gris, el volumen de orina y el número de micciones disminuye en un 50%. Los lactantes presentan una fontanela hundida en la cabeza y un ritmo cardíaco acelerado.

Primeros auxilios

Cuando se manifiesta una infección intestinal, muchos padres comienzan a seleccionar de forma independiente medicamentos para eliminar los síntomas desagradables en su hijo. Sin embargo, antes de iniciar el tratamiento, es necesario consultar a un infectólogo pediátrico. La automedicación es peligrosa, ya que puede dar lugar a la aparición de complicaciones.

Es importante que los padres sepan que si su bebé se queja de empeoramiento y visión borrosa, hay signos de estrabismo, es necesario llamar inmediatamente a una ambulancia. Tales síntomas son característicos del botulismo mortal. Antes de que llegue la ambulancia, hay que administrar al niño los primeros auxilios:

  • tumbarse en la cama y preparar un recipiente para el vómito;
  • enjuagar el estómago – dar de beber 1-1,5 litros de agua, y luego provocar el vómito;
  • si hay escalofríos, es necesario calentar las piernas con una almohadilla térmica y cubrirlas con una manta;
  • asegurarse de que el niño beba constantemente agua caliente en pequeñas porciones.

Diagnóstico de la infección intestinal en un niño

Para determinar el tipo de infección y el tipo de patógeno, el médico recoge una anamnesis y realiza un examen. A continuación, el especialista pide que se tomen muestras de heces para un examen bacteriológico. En una forma grave y complicada de la enfermedad, el médico puede prescribir:

  • análisis de orina – para examen bacteriológico;
  • análisis de sangre – cultivo de la esterilidad: este método ayuda a identificar las bacterias dañinas que indican que los procesos patológicos en el cuerpo del niño.

Además, el pediatra realiza un diagnóstico diferencial con la apendicitis aguda, la pancreatitis, la discinesia biliar y otras patologías. Por ello, el especialista puede prescribir una consulta con un cirujano pediátrico y un gastroenterólogo.


Tratamiento de la infección intestinal

Algunas infecciones intestinales en niños no requieren tratamiento y pasan por sí solas gracias a las defensas del sistema inmunitario. Por lo tanto, la principal tarea de los padres es apoyar al máximo el organismo del niño durante este periodo.

Proteger el organismo de la deshidratación

Para evitar la deshidratación en caso de vómitos y diarrea, es necesario mantener un nivel normal de equilibrio de agua y sal. Los medicamentos o líquidos especiales para la rehidratación pueden ayudar.

Reducción de las altas temperaturas

Si un niño tiene fiebre alta durante una infección intestinal aguda, hay que bajársela. La fiebre, al igual que la diarrea y los vómitos, provoca pérdida de líquidos y puede llevar a la deshidratación. Por lo tanto, para mantener un equilibrio hídrico normal y reducir los síntomas de intoxicación, es necesario administrar al niño un antitérmico. Al mismo tiempo, es necesario seguir estrictamente las recomendaciones del pediatra y administrar el medicamento estrictamente en la cantidad que corresponda a la edad del niño.

Terapia antibiótica

Según la OMS, deben tomarse antimicrobianos para las infecciones intestinales bacterianas y víricas en los siguientes casos:

  1. si hay sangre en el vómito y las heces;
  2. si hay diarrea grave durante varios días.

Hay que recordar que sólo el médico tratante prescribe la medicación y el régimen de tratamiento. La automedicación puede empeorar considerablemente el estado del bebé.

Tomar sorbentes

Para descartar una intoxicación en el niño, deben administrarse sorbentes cuando se produce una infección intestinal. Según la OMS, no hay pruebas oficiales de que estos fármacos ayuden a combatir tales enfermedades infecciosas. Sin embargo, no causan daños en el organismo del niño, por lo que los pediatras suelen incluirlos en el régimen de tratamiento.

Cumplimiento de una dieta suave

La enfermedad es mucho peor si no se tiene en cuenta que durante este periodo el niño debe recibir una dieta suave. Por recomendación de los expertos, los platos deben cocinarse al vapor o hervidos, y luego rallarse finamente o hacerse puré. Se excluyen las bayas y los zumos. El bebé debe alimentarse con raciones pequeñas.


Pronóstico y prevención

La detección a tiempo de los primeros signos de infección intestinal en un niño y un tratamiento correctamente seleccionado pueden garantizar su plena recuperación. Por lo general, la inmunidad a este tipo de enfermedades no es estable. En el desarrollo de una forma grave de la enfermedad pueden aparecer complicaciones hasta insuficiencia renal o cardiaca aguda, edema pulmonar y otras condiciones peligrosas. Por esta razón, se aconseja a los padres no elegir sus propios medicamentos para el tratamiento, sino consultar inmediatamente a un médico.

Como prevención de las infecciones intestinales bacterianas y víricas, deben observarse las siguientes prácticas higiénicas:

  • Enseñe al niño la higiene personal;
  • Almacenar y procesar térmicamente los alimentos de forma adecuada;
  • Los padres deben lavarse siempre las manos después de lavar y envolver al bebé;
  • Asegúrate de que el agua que bebes está limpia;
  • Desinfectar los juguetes y utensilios que puedan ser focos de infección;
  • Durante la lactancia, la madre debe ducharse a diario y cambiarse de ropa interior con regularidad para mantener limpias las glándulas mamarias;
  • Si el niño come con biberón y chupete, también deben tratarse regularmente con productos especialmente diseñados para ello. De este modo, los virus y bacterias causantes de infecciones intestinales agudas no entrarán en el tracto gastrointestinal a través de los objetos utilizados.

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