La hipertensión arterial (HTA) es una afección patológica persistente en la que los niños presentan hipertensión arterial. Los síntomas clínicos y la gravedad de la afección en preescolares y escolares están determinados por el sexo, el peso y la edad, y la enfermedad se detecta con mayor frecuencia en adolescentes durante el periodo de reestructuración hormonal del organismo. Los indicadores de hipertensión pediátrica se calculan en percentiles (centiles) a partir de una tabla especial que incluye datos estadísticos medios en función de la edad y el sexo del niño. Se define como anormal una presión arterial sistólica o diastólica superior al percentil 95.
Causas del desarrollo
La presión arterial (PA) en los seres humanos se mantiene en el nivel adecuado gracias a un complejo de factores que se regulan de forma independiente. Si se produce una disfunción en la cadena de procesos bien establecida, el sistema se interrumpe y la presión arterial se desvía de los valores normales.
El principal factor predisponente es la predisposición hereditaria: si los padres u otros parientes cercanos del niño en la infancia, presentan problemas con la PA, el riesgo de desarrollar una patología similar en el bebé en el futuro aumenta muchas veces.
El segundo factor más frecuente es la obesidad y, como consecuencia, la hipodinamia. Los niños que comen muchos dulces, carbohidratos rápidos y tentempiés sin gastar calorías y que no se mueven mucho tienen más probabilidades de sufrir hipertensión. Estos niños también tienen un mayor riesgo de desarrollar muchas otras enfermedades asociadas a un peso corporal excesivo, como trastornos musculoesqueléticos, neurológicos y endocrinos.
Otras causas de hipertensión arterial en niños pueden ser:
- diabetes mellitus;
- glomerulonefritis aguda;
- infección meníngea;
- encefalitis;
- cardiopatía congénita;
- patologías vasculares (vasculitis, estenosis de la arteria renal, coartación de la aorta, etc.);
- nefroesclerosis;
- nefroptosis;
- hipercorticismo;
- displasia broncopulmonar;
- traumatismos craneoencefálicos;
- infecciones neurogénicas.
En algunos casos, la hipertensión arterial se convierte en acompañante de diversas neoplasias, como el neuroblastoma, el feocromocitoma, el corticosteroma, etc.
Los factores sociales y domésticos que pueden provocar hipertensión arterial persistente en niños y adolescentes son:
- estados de estrés crónico;
- angustia emocional grave, por ejemplo, pérdida de los padres o de parientes cercanos, cambio forzoso de lugar de residencia o de estudios, etc;
- uso prolongado y a menudo irracional de determinados medicamentos;
demasiada responsabilidad depositada en el niño, desproporcionada para su edad y sus capacidades; - presencia constante en un ambiente de estrés, escándalo en el hogar.
La hipertensión arterial en adolescentes suele producirse como respuesta al consumo de alcohol, bebidas energéticas y tabaco, incluidos los dispositivos electrónicos, narguiles.
Síntomas de la HTA en la infancia
En los recién nacidos y los bebés de los primeros 1-3 años de vida, la hipertensión arterial persistente es poco frecuente. En la mayoría de los casos, la afección a esta edad está causada por malformaciones congénitas graves del cerebro, los vasos sanguíneos, el sistema renal y otras patologías graves. Para sospechar hipertensión arterial en niños pequeños se puede sospechar por los siguientes signos:
- llanto monótono;
- retraso en el desarrollo físico;
- escaso aumento de peso;
- regurgitación profusa después de cada comida o agua;
- Sueño deficiente con despertares frecuentes;
- inquietud constante, irritabilidad;
- hinchazón de la fontanela.
En los niños de 3 a 6 años, la hipertensión arterial puede manifestarse con un aumento de la fatiga, una disminución de la agudeza visual, falta de aliento, que se nota especialmente durante la actividad física o al comer. Los padres deben prestar atención a signos indirectos como hinchazón de la cara y las extremidades, estrías en la piel, aumento de la sudoración.
Los síntomas de la hipertensión arterial en niños mayores y adolescentes también pueden incluir:
- retraso notable en el desarrollo físico en comparación con sus compañeros;
- deterioro de la memoria, la atención;
- dificultad para concentrarse en las actividades domésticas y creativas
disminución del rendimiento escolar; - rechazo de la actividad física activa;
- estados sincopales – pérdida temporal del conocimiento;
- dolor de cabeza intenso que se produce después de tensión emocional, deportes, peleas, trabajo mental;
- mareos;
- náuseas;
- manchas, “moscas” delante de los ojos.
Además de los signos de HTA, el niño suele presentar síntomas de la enfermedad subyacente que provocó la hipertensión. En casos extremadamente raros, un aumento persistente de la tensión arterial cursa por sí solo sin manifestaciones de otras patologías. Con un grado leve de hipertensión, los síntomas pueden estar ausentes o expresarse ligeramente en forma de malestar general, debilidad, fatiga rápida, ataques de cefalea en el momento de la crisis.
Diagnóstico
El examen comienza con la exploración física, el registro de los parámetros físicos del niño y la recopilación de la anamnesis. Los médicos deben averiguar si ha habido casos de hipertensión arterial en la familia, qué tipo de estilo de vida lleva el joven paciente, qué come, etc. El especialista también debe informarse sobre posibles lesiones, enfermedades, intervenciones quirúrgicas, estudiar la cartilla de vacunación.
El método estándar de examen en caso de sospecha de hipertensión arterial pediátrica consiste en determinar el nivel de presión sistólica y diastólica mediante un tonómetro. La prueba se realiza varias veces con un intervalo de al menos 2-4 minutos en ambos brazos. Si es necesario, la prueba también se realiza en diferentes posiciones: sentado, tumbado, de pie. Este enfoque permite excluir un aumento sintomático de la PA como reacción del niño al estrés.
Entre los métodos instrumentales de diagnóstico de la AH en niños se incluyen:
- ECG y ECochG;
- radiografía de tórax;
- examen del fondo de ojo;
- ecografía de vasos sanguíneos, órganos internos;
- tomografía computarizada o resonancia magnética en caso de sospecha de neoplasias.
Con el fin de controlar la presión arterial y vigilar sus parámetros durante mucho tiempo se prescribe SMAD – una técnica de seguimiento diario, lo que le permite evaluar la frecuencia de aumento de la PA, excluir las crisis situacionales.
A los niños con hipertensión arterial también se les prescribe un conjunto de diagnósticos de laboratorio, que incluye estudios estándar y específicos de sangre, orina.
Tratamiento
La terapia de la HTA en niños debe ser integral y seleccionarse cuidadosamente, teniendo en cuenta todos los parámetros individuales del joven paciente. En la mayoría de los casos, la táctica está determinada por la causa de la enfermedad, ya que es en los niños la hipertensión arterial es más fácil de diagnosticar y, en consecuencia, es mucho más fácil identificar la causa exacta.
Además de la terapia etiotrópica, destinada a eliminar la causa subyacente de la enfermedad, en el tratamiento de la hipertensión arterial en niños y adolescentes se utilizan:
- terapia nutricional;
- corrección de la actividad física;
- medicación.
El mayor papel lo desempeña la medicación de apoyo, destinada principalmente a estabilizar la presión arterial y prevenir las crisis hipertensivas. También se prescriben fármacos para regular el sistema circulatorio, estabilizar la función renal, etc.
Es necesario corregir la dieta y el estilo de vida para reducir el peso corporal y prevenir el desarrollo de la obesidad. A los niños con HTA se les enseñan ejercicios gimnásticos ligeros, caminar, nadar. Es necesario excluir de la dieta de alimentos pesados, platos con mucha sal, especias, así como productos de harina dulce y bebidas carbonatadas.