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El prolapso de la válvula mitral en niños

Prolapso de la válvula mitral en niños: abombamiento de las valvas de la válvula auriculoventricular en la cavidad auricular izquierda durante la contracción del ventrículo izquierdo. Las manifestaciones clínicas del prolapso de la válvula mitral incluyen fatiga, mareos y desmayos, cardialgia, palpitaciones y taquicardia.

El diagnóstico del prolapso de la válvula mitral en niños lo establece un cardiólogo pediátrico teniendo en cuenta los datos de la radiografía, ECG, EcoCG. La táctica terapéutica en el prolapso de la válvula mitral en niños consiste en la limitación de la actividad física, fisioterapia individualizada, terapia sintomática; en caso de insuficiencia mitral grave – sustitución valvular plástica o protésica.

Información general

El prolapso de la válvula mitral en niños es un trastorno de la función de cierre de la válvula aurículo-ventricular (mitral) durante la sístole ventricular izquierda, que provoca el prolapso de sus aletas hacia la cavidad auricular izquierda. La incidencia del prolapso de la válvula mitral en niños y adolescentes es del 2-16%, siendo el defecto cardíaco dos veces más frecuente en niñas mayores de 10 años.

El prolapso de la válvula mitral puede diagnosticarse en un niño de cualquier edad (incluso en un recién nacido), pero la mayoría de los casos de anomalía de la válvula cardiaca se detectan a la edad de 7-15 años. La elevada prevalencia del prolapso de la válvula mitral entre los niños supone un reto para la cardiología pediátrica y la pediatría en términos de mayor alerta clínica, diagnóstico precoz y prevención de complicaciones.

Clasificación

Por su origen, el prolapso de la válvula mitral en niños puede ser primario (idiopático) y secundario, defecto cardíaco congénito o adquirido.

Teniendo en cuenta los datos objetivos, se acostumbra a distinguir las formas “muda” y auscultatoria del defecto. “La forma muda se detecta incidentalmente mediante ecocardiografía; la forma auscultatoria se detecta al detectar fenómenos sonoros sistólicos (chasquidos medio sistólicos, soplos medio sistólicos, telesistólicos u holosistólicos) mediante la auscultación del corazón o la fonocardiografía.

En esta forma de anomalía valvular, las valvas anteriores, posteriores o ambas de la válvula mitral pueden estar prolapsadas. Existen 3 grados de gravedad del abombamiento de las valvas de la válvula mitral:

  1. I – de 3 a 6 mm;
  2. II – de 6 a 9 mm;
  3. III – más de 9 mm.

Según las manifestaciones clínicas, el prolapso de la válvula mitral en niños puede ser asintomático, asintomático y clínicamente significativo.

En niños con prolapso de la válvula mitral, pueden darse los siguientes valores de regurgitación sistólica:

  • la regurgitación en la zona de la válvula mitral
  • la regurgitación se extiende hasta 1/3 de la cavidad auricular izquierda
  • la regurgitación se extiende hasta 1/2 de la cavidad auricular izquierda
  • la regurgitación se extiende a más de la mitad del volumen de la cavidad auricular izquierda.

Causas del prolapso de la válvula mitral

La displasia del tejido conjuntivo desempeña un papel destacado en el desarrollo de formas primarias de prolapso de la válvula mitral en niños. En los niños se observan diversas microanomalías del aparato valvular (cambios en la estructura de los músculos papilares, tamaño, fijación y número de cuerdas, etc.). El desarrollo de la displasia del tejido conjuntivo se ve favorecido en gran medida por trastornos metabólicos, deficiencia de magnesio y zinc, gestosis e infecciones de la embarazada, desventajas medioambientales, herencia.

Las causas del prolapso secundario de la válvula mitral en niños son diversas. En primer lugar, cabe destacar el papel de las enfermedades hereditarias (síndrome de Marfan, síndrome de Ehlers-Danlos, osteogénesis imperfecta, etc.), que se acompañan de acumulación de mucopolisacáridos ácidos en el estroma valvular, degeneración mixomatosa de las valvas y cuerdas, dilatación del anillo auriculoventricular. El prolapso de la válvula mitral en niños puede ser una complicación de diversas enfermedades: reumatismo, carditis no reumática, endocarditis infecciosa, traumatismo cardíaco, miocardiopatía. miocarditis, arritmia, pericarditis.

A menudo, el prolapso de la válvula mitral es consecuencia de otras cardiopatías congénitas infantiles que contribuyen a alterar la hemodinámica del corazón izquierdo (comunicación interauricular, comunicación interventricular, drenaje anómalo de las venas pulmonares, canal auriculoventricular abierto).

Además, el prolapso de la válvula mitral en niños puede estar causado por una disfunción neuroendocrina, psicoemocional y metabólica, que altera la inervación autonómica del aparato valvular. Esta afección puede ser consecuencia de neurosis, distonía vegetativa-vascular, tirotoxicosis, etc.

Síntomas del prolapso de la válvula mitral en niños

Las manifestaciones del prolapso de la válvula mitral en niños pueden ser muy variables e inespecíficas. La mayoría de los niños se quejan de debilidad, escasa tolerancia al esfuerzo físico, mareos, cefaleas, disnea, trastornos del sueño. A menudo se observa cardialgia, taquicardia, sensación de interrupciones en el corazón, hipotensión arterial, tendencia al síncope. Son característicos los trastornos psicovegetativos: astenia, temores irracionales, aumento de la ansiedad, excitabilidad psicomotriz.

Muchos niños con prolapso de la válvula mitral presentan diversos tipos de estigmas displásicos: paladar “gótico”, displasia de cadera, hernias inguinales y umbilicales, trastornos posturales, deformidad torácica, deformidad en valgo de los pies, pies planos, osteocondrosis precoz, estrías cutáneas, miopía, nefroptosis, etc.

En el prolapso secundario de la válvula mitral, los síntomas de la enfermedad subyacente pasan a primer plano. Las complicaciones del prolapso de la válvula mitral en niños pueden incluir desprendimiento de cuerdas, perforación de las valvas, alteraciones del ritmo, endocarditis bacteriana, insuficiencia cardiaca, tromboembolia, síndrome de muerte súbita cardiaca, etc.

Diagnóstico

La presencia de un prolapso de la válvula mitral en un niño puede ser sospechada por un pediatra o un cardiólogo pediátrico basándose en la tríada auscultatoria típica: presencia de chasquidos (clicks), soplos característicos y “chirrido cordal”. La fonocardiografía ayuda a evaluar correctamente la naturaleza de los soplos cardíacos.

La exploración instrumental de los niños con prolapso de la válvula mitral incluye electrocardiografía, radiografía cardiaca y ecocardiograma. El ECG en un niño suele mostrar anomalías del ritmo y la conducción (bloqueo de rama derecha, taquicardia o bradicardia sinusal, extrasístole, etc.). En este caso, las anomalías electrocardiográficas pueden detectarse tanto en reposo como durante la prueba ortostática o la monitorización Holter.

El Doppler-ecoCG en niños con prolapso de la válvula mitral revela cambios en la estructura de la válvula y del aparato subvalvular, permite evaluar el grado de prolapso del colgajo, la gravedad de la regurgitación y el grado de alteración hemodinámica. En las radiografías, el tamaño del corazón no se modifica o se reduce, el arco de la arteria pulmonar está moderadamente abombado, lo que indica un tejido conectivo incompleto.

El diagnóstico diferencial del prolapso de la válvula mitral en niños se realiza con la insuficiencia mitral, el aneurisma del tabique auricular.

Tratamiento del prolapso de la válvula mitral en niños

En la forma asintomática del prolapso de la válvula mitral, los niños no necesitan un tratamiento especial. En este caso, basta con limitar las medidas generales: normalización de la rutina diaria, alternancia de la actividad mental y física, etc. En caso de regurgitación mitral y alteraciones del ritmo, es necesario limitar la actividad física con la prescripción de un complejo individualizado de fisioterapia.

En el prolapso de la válvula mitral en niños se lleva a cabo principalmente un tratamiento sintomático. Por lo tanto, los sedantes se prescriben para los trastornos vegetativos;procedimientos fisioterapéuticos (galvanización, electroforesis, darsonvalization, masaje).

Los trastornos de la repolarización del miocardio ventricular son la base de la terapia cardiotrófica y metabólica (inosina, asparaginato de potasio y magnesio, vitaminas del grupo B, L-carnitina, etc.). En las alteraciones del ritmo es aconsejable utilizar β-adrenobloqueantes (atenolol, propranolol) y otros fármacos antiarrítmicos.

Para prevenir el desarrollo de endocarditis infecciosa antes y después de intervenciones quirúrgicas menores, se prescribe una terapia antibacteriana e inmunomoduladora.

En caso de regurgitación mitral clínicamente significativa, así como de curso complicado de prolapso de la válvula mitral, los niños deben ser consultados por un cirujano cardíaco para decidir sobre la corrección quirúrgica de la malformación: plastia o prótesis de la válvula mitral.

Pronóstico y prevención

En la infancia, el prolapso de la válvula mitral suele ser benigno; las complicaciones son raras. La falta de tratamiento y seguimiento adecuados puede conducir a la progresión de la insuficiencia valvular y la regurgitación mitral, y al desarrollo de trastornos difíciles de corregir en la edad adulta. Por eso son tan importantes el diagnóstico a tiempo y las medidas terapéuticas y preventivas en la infancia.

Las medidas preventivas se limitan principalmente a evitar la progresión de los trastornos valvulares y el desarrollo de complicaciones. Los niños con prolapso de la válvula mitral necesitan una selección individual de la actividad física, el tratamiento de la patología cardíaca concomitante; seguimiento dispensario por un pediatra, cardiólogo y reumatólogo pediátrico, neurólogo pediátrico; ECG regular, EchoCG, etc.

Puede compartir su historia clínica, lo que le ha funcionado en el tratamiento del prolapso de la válvula mitral en niños.

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