Con estas recomendaciones se pretende, en la medida de lo posible, evitar aquellas situaciones que pueden poner en riesgo la salud de los niños o truncar las vacaciones en el mejor de los casos.
Como ya sabemos, durante las vacaciones de mitad de año el agua es el elemento estrella de la diversión infantil, playas y piscinas son campos de juegos, entretenimiento y diversión, pero es necesario extremar las precauciones. Como padres no podemos bajar la guardia en ningún momento, recordemos que el ahogamiento es la segunda causa de muerte accidental en los niños. Además de las siguientes recomendaciones, les resultará interesante dar un vistazo al decálogo de seguridad infantil en las piscinas.
Se recomienda elegir los lugares más seguros para bañarse y que cuenten con socorristas, no es lo mismo disfrutar del baño en una playa con arena que al lado de las rocas. Muchos niños prefieren zonas cerca de un espigón, ya que entre las rocas pueden encontrar cangrejos y otros animalitos marinos, pero las rocas encierran riesgos. Un golpe de mar en un baño cerca de las rocas puede provocar daños graves, es fácil golpearse con las rocas y lastimarse. No hay que bajar la guardia, los niños tienen que estar vigilados en todo momento cuando estén dentro del agua o jugando cerca de ella, bastan unos segundos de distracción para que un niño pueda sufrir un accidente.
Es de obligado uso un chaleco salvavidas para aquellos niños que no saben nadar bien o simplemente no saben, sobre todo si van a realizar algún deporte acuático. Cuando estemos en la playa hay que respetar las banderas, el color verde indica baño permitido y buenas condiciones, el color amarillo nos indica que hay que tener precaución y la bandera roja prohíbe el baño debido a los riesgos que encierra el agua. Tirarse al agua desde gran altura es un riesgo, sobre todo si no se conoce la zona, hay que procurar evitar que los niños se tiren de cabeza desde un espigón o unas rocas, un golpe contra el fondo podría ocasionar lesiones muy graves.
Si un niño tiene frío o está cansado por haber jugado en la arena, es prudente no dejarlo que se bañe hasta que se recupere y así esté en plenas facultades físicas. En el caso de que estos síntomas se sientan dentro del agua, será una buena idea hacer que los niños salgan del agua, recordemos que aunque tengan los labios morados y estén tiritando de frío, no quieren dejar de bañarse y esto no es recomendable. Después de comer, es necesario que los niños esperen un par de horas antes de bañarse.
Estos son algunos consejos básicos para prevenir ahogamientos y lesiones en playas y piscinas, merece la pena seguirlos al pie de la letra, con ello evitaremos los accidentes y los niños podrán disfrutar plenamente del verano y de un medio que les apasiona, el agua