Qué problemas puede generar que un niño se muerda las uñas y cómo conseguir que deje de hacerlo. Todos tenemos ciertas conductas que hacemos cuando nos sentimos nerviosos o aburridos. Hay quien come, quien se toca el pelo, quien se chupa el dedo, se toca la oreja, se balancea, se arranca el pelo, se rasca, se presionan granos… Y quien se muerde las uñas.
Son conductas que se vuelve cada vez más arraigadas conforme se hacen una y otra vez.
Con el tema de las uñas sabemos que hay montones de adultos que siguen haciéndolo y es una conducta que puede resultar más difícil de erradicar que dejar de fumar. A fin de cuentas si no compras tabaco no fumas, pero las uñas siguen creciendo y “siempre están a mano”.
Qué problemas pueden dar que un niño se muerda las uñas.
El que más suele preocupar a los padres es el estético. No está bien visto en nuestra sociedad hacer evidente nuestro nerviosismo. Entre otras cosas porque se interpreta que nos hace vulnerables. Este, aunque tiene la importancia que queramos darle, sé que es lo que más agobia a muchos padres.
Aspecto de las manos. También desde el punto de vista estético, unas uñas mordidas son un marcador evidente y siempre visible de este tipo de carácter y “no quedan bonitas”.
Molestias. La mayoría de las personas que se muerden las uñas tienen heridas en torno a las uñas, porque suelen pasarse. Esas heridas no suelen causar infecciones importantes, pero a veces son muy molestas y sobre todo son muy persistentes.
Lombrices. Bajo las uñas se deposita suciedad. Cuando los niños juegan en la tierra, la acumulan en sus uñas y al comérselas se comen también la tierra en la que están los huevos de las lombrices. Por este motivo los niños que se muerden las uñas son especialmente propensos a tener lombrices.
¿Apendicitis? El apéndice es como un saco que sale de nuestro intestino. No se tiene muy claro cómo aparece la apendicitis en todos los casos. Pero en algunos casos es la entrada de un cuerpo extraño en el apéndice y la irritación que produce en él lo que desencadena la apendicitis. En algunos casos se encuentra un trozo de uña ahí. Es evidente que hay gente que lleva años y años mordiéndose las uñas sin tener una apendicitis. Os lo comento porque suele decirse.
Qué puedo hacer para que mi hijo deje de morderse las uñas Como decía al principio, morderse las uñas es una conducta para disipar la ansiedad. ¿Qué pasa cuando no podemos hacer esa conducta durante un tiempo? Que la sustituimos por otra.
Y ¿cómo hago que no pueda morderse las uñas durante un tiempo suficientemente prolongado? Pues cubriéndolas de forma que no estén accesibles.
Modificar conductas es más fácil cuanto menos tiempo llevan haciédose, por lo que te recomiendo hacer esto cuanto antes si tu hijo se muerde las uñas:
- Si es mayor hace falta que él quiera usar el sistema. Si es más pequeño dile que como se muerde las uñas, se está haciendo “pupa” y hay que ponerle tiritas.
- Con esparadrapo del de toda la vida (el marrón pegajoso) lía cada uno de los dedos cubriendo todas las uñas. Este esparadrapo es difícil de quitar y las uñas quedan fuera de su alcance.
- Cambia el esparadrapo una o dos veces al día. Si está más o menos bien puede dejarse algo más. Debe tenerlos puestos tanto de día como de noche. Se los quitas para el baño y vuelves a ponérselos después.
- Mantenemos esto durante un par de semanas. La mayoría de los casos, si en dos semanas no pueden morderse las uñas cuando están nerviosos o aburridos, buscan un sistema alternativo para disipar la ansiedad. Y en ese tiempo las uñas habrán crecido hasta un tamaño normal y se habrán curado la heridas que se hubiesen creado a su alrededor por morderse.
- Si tras retirar los esparadrapos a las dos semanas vuelve a morderse las uñas, prolongamos una semana más.
Los típicos líquidos o lacas de uñas con mal sabor no suelen servir.
En niñas adolescente a veces funciona bien poner uñas postizas (aunque las hay que se muerden hasta las postizas).